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Lectura activa: domina la comprensión de textos para hacer tu tesis

Voy a presentar a lectura activa como la estrategia de aproximación a los textos que incluye una reflexión consciente sobre las ideas que están recibiéndose en el proceso de lectura. Esto nos permite ir más allá de lo literal, para interpretar, evaluar y analizar el contenido de lo que leemos. Desarrollar la habilidad de la lectura inteligente es de gran ayuda para hacer la tesis, trabajo final o monografía universitaria.


En formas de lectura pasiva, podemos leer un párrafo y comprender solo palabras o conceptos aislados, sin necesariamente captar el argumento, idea o imagen desarrollada en las oraciones y los párrafos. Por el contrario, la lectura activa implica imaginar las ideas completas, no solo palabras o fragmentos de estas.


Lectura activa para hacer la tesis
Representación mental. Lectura para la tesis

Esta necesidad de construir una imagen o representación mental a partir de la secuencia de palabras, oraciones y párrafos se aplica incluso cuando realizamos una lectura estructural o un escaneo; es decir, cuando sólo se quiere hacer un paneo general de su composición, con la lectura de los títulos y primeras oraciones del documento (también conocido como técnica de Skimming).


Tanto en la lectura pormenorizada, como en las técnicas de lectura sucintas, es crucial generarnos una imagen o al menos una idea clara de cada título que encontramos. De ahí la importancia de abandonar las prácticas de lectura pasiva e incorporar estrategias dinámicas, como hacer preguntas al texto, parafrasear, tomar pausas para articular ideas y avanzar a un ritmo que se adapte a nuestras particularidades en cada situación de lectura (para entender su argumento, para seleccionarlo o descartarlo, buscar un concepto o para identificar la metodología, etc.).


Identificar nuestro ritmo de lectura es esencial para permitirle al cerebro procesar la información recibida, lo que se traduce en mejorar la comprensión de los textos que revisamos para nuestras tesis. Entonces, identificar y respetar nuestro ritmo de lectura en cada circunstancia es el primer paso. Es indispensable para desarrollar una lectura crítica, habilidad clave para organizar el marco teórico. ¿Por qué? Porque para discernir cuál es el aporte que el texto le puede dar a nuestra tesis debemos tener una postura clara de hasta dónde coincidimos o no con sus argumentos. De tal forma, es imprescindible haber comprendido el argumento general del texto y sus proposiciones derivadas, la comprensión lectora aquí juega de protagonista.


Esta habilidad es especialmente útil al analizar el estado del arte o revisión de antecedentes, ya que nos permite discernir qué lecturas son pertinentes para nuestra investigación. Por ello, propongo la lectura activa como método para desarrollar formas inteligentes de lectura, adaptadas a las diversas situaciones que enfrentamos al estudiar bibliografía.


La lectura activa se basa en una actitud de diálogo con el texto. Es necesario identificar un ritmo adecuado, que puede variar según el tipo de texto, el idioma, o incluso nuestra disposición en el momento de la lectura. No todos los días tenemos la misma capacidad, por eso es importante contar con una técnica que nos respalde, especialmente en situaciones desafiantes.


Un ritmo de lectura adecuado nos permite no solo seguir las oraciones, párrafos y páginas, sino también construir una representación mental completa de lo que leemos. Este proceso es vital para abordar textos complejos y conectar sus ideas principales con nuestros temas y objetivos de investigación. ¿Cuál es el ritmo adecuado? Como veía diciendo es personal, pero qué lo caracteriza. El ritmo ideal es el que nos permite dialogar con el texto, no solo volar sobre las oraciones, los párrafos y las páginas. En relación con lo que mencioné al principio, este ritmo de lectura adecuado es el que nos permite construir en nuestra mente una representación a partir de lo que vamos leyendo.


Para que puedas evaluar este proceso en tu caso te ofrezco algunas recomendaciones en los siguientes párrafos. En ellos te sugiero una estrategia de lectura que te permita: por un lado, identificar tu ritmo de lectura y, por el otro, ajustarlo. Para lo primero está la técnica del “punto de fricción”, que te permitirá detectar cuándo la velocidad lectora supera tu capacidad de comprensión (cuando necesitas releer párrafos o notas que perdiste el hilo “de la conversación”).


Técnicas de lectura para hacer la tes

El objetivo de identificar tu ritmo de lectura es aprender a reconocer cuándo tu cerebro se "desconecta" del proceso y no es posible construir un modelo mental de las oraciones que vas leyendo. Esto puede suceder porque vas a una velocidad excesiva o porque te falta enfoque. En este caso se necesita ajustar el ritmo para mantener una comprensión activa. ¿Cómo saber cuándo te sucede esto?


Algunas señales de alerta son:


  1. Necesitas releer el mismo párrafo varias veces y sin embargo no logras retener la idea principal que expone.

  2. Cuando encuentras que avanzaste a lo largo de la página en “piloto automático”, porque la terminas, pero no puedes recordar su contenido.

  3. Otra señal común es la fatiga visual o mental en pocos minutos.


Para cerrar esta exposición te dejo un ejemplo práctico que te permitirá poner en práctica la lectura inteligente de la que venimos hablando y evaluar tu punto de fricción:


Supongamos que estás leyendo un artículo académico relacionado con el tema de tu tesis. Comienza con una lectura estructural: revisa títulos, subtítulos y primeras oraciones para obtener una idea general. Luego, realiza una lectura más detallada de los apartados que parecen más relevantes. A lo largo del proceso, aplica la técnica del “punto de fricción”: cuando notes que estás perdiendo el hilo, ajusta tu ritmo, relee y formula preguntas como “¿Qué está proponiendo exactamente aquí quien lo escribió?


En resumen, la lectura activa no es un método rígido, sino un enfoque adaptable que nos invita a dialogar con el texto en cualquier situación de lectura. Incorporar esta estrategia no solo mejorará nuestra comprensión lectora, sino que también fortalecerá nuestra capacidad para analizar y vincular textos a nuestro marco teórico, lo que resulta imprescindible en la elaboración de una tesis o proyecto final. ¡Empieza a explorar tu propio ritmo y transforma tu experiencia de lectura hoy mismo!



¿Qué harías para encontrar tu ritmo y aplicar una lectura activa al estudiar el próximo artículo o libro para tu tesis?

 
 
 

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